Tenemos una fuerza innata que nos acompaña siempre y que, justo por eso, porque lleva con nosotros desde que nacimos, a penas la notamos tal como nos ocurre con la respiración o la circulación de la sangre, no somos conscientes de ella hasta que un intenso cambio de circunstancias nos sorprende y nos vemos obligados a aferrarnos a ella y a utilizarla.
Ella es la fuerza que ha hecho que los seres humanos sigamos adelante a pesar de los traumas, las enfermedades, las guerras, los desafíos extremos o las desgracias de cualquier tipo.
Confiemos en ella y brindemos por todas las veces que PUDIMOS aún creyendo que no seríamos capaces, y por todas las veces que PODREMOS aún dudando de nuestras propias fuerzas.
C. K
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.