¿Cuántas veces ponemos excusas que no nos creemos ni nosotros
para justificar nuestra falta de acción (que en el fondo es pereza o miedo)?
¿Cuántas veces repetimos que algo es muy difícil o que no tenemos medios
suficientes para excusar la interna realidad de que en el fondo no
queremos o no nos atrevemos a hacer algo?
Para poder ser sincero y honesto por fuera, primero hay que serlo por dentro.
Debería ser más fácil admitir nuestras limitaciones para hacer algo
que echarle la culpa a todo lo demás para no hacer nada. Por desgracia
siempre conseguimos que suceda al revés...
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